ThingLink

lunes, 26 de agosto de 2013

¿Qué es la verdad? ¿Qué es la mentira?

Un tema controversial, lleno de muchas costumbres, de  escenarios  complejos  que  en  nuestra  vida han hecho una constante de decisiones.
 
Decir la verdad o decir  una  mentira  en  el  tema del amor,  tiene  más que  ver con nuestra simple realidad y los impulsos que nos llevan  a utilizar  cualquiera de estas  estrategias,  a  veces  sin  pensar en las muchas consecuencias.
 
Dicen  que  en  el  amor y en la guerra todo se vale, pero, ¿alguna vez hemos reflexionado sobre las consecuencias de nuestro  actuar  siendo  honestos  o deshonestos con los demás?, especialmente con las personas a quienes queremos.
 
Existen en nuestra vida muchas frases que parecieran máximas morales (o inmorales) como más vale una mentira que haga feliz que una verdad que haga llorar, o es mejor pedir perdón, que pedir permiso!”, y tantas más, que pareciera lo acostumbrados que podemos estar, viviendo en una especie de “burbuja moral”.
 
¿Qué  es  la  Verdad  y  que  es  la  Mentira?  Que  algo  lo  sepamos  muchas  personas,  no  convierte  eso necesariamente en verdad, y el que sólo una o dos personas lo sepan, tampoco convierte eso en mentira. En la historia de la humanidad existen registros de hombres y mujeres que han desafiado “las mentiras” con o sin fundamento,  con  su  única  “verdad”  y  han transformado el mundo. Que la tierra es plana, que el sol gira alrededor de la tierra, que el hombre llegó a la luna, o la existencia del chupacabras, son muestras de lo real o ficticio que puede ser cualquier tema. Incluso en los pasajes de la religión católica, el Apóstol Santo Tomás duda de la verdad de sus compañeros sobre la resurrección de Jesucristo, de ahí que surge la famosa frase, “hasta no ver, no creer.
 
Desde tiempos muy remotos de la humanidad siempre ha existido “la lucha de la obscuridad contra la luz”, de “lo bueno contra lo malo”, de “la verdad contra la mentira”, lo cual forma parte de las dualidades mitológicas que  más  se conocen y se reiteran hasta nuestros días. El poder que ejercía un faraón, una sacerdotisa, un hechicero, un sacerdote o un rey, nos pueden parecer “entretenidas” historias o películas, pero cuando nos detenemos un momento a pensar sobre esto, nos daremos cuenta que hoy en día, nuestros padres, maestros, gobernantes,  políticos,  religiosos, y,  nosotros  mismos,  hemos usado el mismo método, la mentira como medio de control y para nuestros propios intereses.
 
En el amor, es un tema muy difícil de descifrar estos conceptos de verdad y mentira, pues los métodos, las “estrategias” que  utilizamos para conseguir o desechar “el amor” de alguien o mantener una relación con alguien, llegamos a ser capaces de todo, incluso a mentir.
 
Tiene que ver profundamente con el sentimiento mismo de aprender a amar a una persona tal y como es y la diferencia con el poder controlar a una persona para “moldearla como nosotros queremos que sea” con el pretexto de que la amamos, de manera tal, que responda a nuestros propios intereses, que nos otorgue el placer, o la seguridad, o el estatus social o económico, que tanto necesitamos. Cuántas parejas conocemos que un día compartieron con nosotros su verdad sobre el amor que se declararon, pero que pasado el tiempo, descubrieron que no tenían un proyecto en común por las diferencias encontradas entre ellos.
 
Más aún, nuestra cultura, nuestra religión, nuestros principios familiares, nuestras mismas tradiciones, nuestra  preparación  formal o  informal y  sobre  todo, nuestras amistades, han hecho que elaboremos nuestros propios conceptos de la verdad y la mentira, y por consecuencia, actuemos así en nuestras vidas.
 
En ese estado anímico del amor, confiamos plenamente en lo que la otra persona nos dice, nos demuestra, o nos hace sentir. Por consecuencia, pensamos que nos dice la verdad. Pero cuando nos damos cuenta que, en su actuar, su decir o lo que nos hace sentir, nos duele, nos afecta, sentimos que nuestra confianza ha sido vulnerada, de inmediato pensamos que nos dijo mentiras. Aún y a pesar de que quizá fueron verdades en su momento.
 
El amor  llega a  ser un concepto tan sublime, tan difícil de describir, pero que tiene mucho que ver con nuestro derecho a ser, hacer y pensar. Es decir, para realizar algo que tiene que ver con nosotros mismos, tenemos que expresar nuestra verdad. Debemos permitir que las personas nos conozcan tal y como somos y de esta manera exponemos nuestra verdad y las personas a nuestro alrededor ahora tendrán la decisión de aceptarnos como somos o no. No fingir quienes no somos por algún interés, y una vez que poseemos lo que queremos, mostrar realmente quienes somos.
 
Quienes tenemos la alta responsabilidad de tener un hijo, una hija, sabemos lo difícil que es hablar de este tema  con  ellos   sobre  la  verdad  y  la  mentira  que  gira  en  torno  al amor, sobre todo, por las mismas experiencias por las que hemos pasado o estamos pasando nosotros mismos.
 
No  existen  las  mentiras  pequeñas  ni  las  grandes,  ni  las piadosas  o  morales.    Quizá,  mentir  nos  es algo tan “normal”  o   cotidiano para “salir”  de  alguna  situación  que no  queremos  atender,  resolver o responsabilizarnos, que su definición se vuelve más difícil, pues pareciera que ya forma parte de “nuestras verdades”. De ahí que lo que en última instancia podría definir a una mentira sería la intención con la que se dice, es decir, el verdadero impulso de las intenciones que nos llevan a mentir.
 
Recordemos  que  decir  nuestra verdad, nos provoca un sentimiento de libertad, de paz, de armonía con todos nuestros sentidos; la mentira, nos hace ocultar sentimientos, nos provoca malestar y nos aleja de una realidad que está presente.
 
“..cada vez que me mentías sin yo saberlo,  para    significaba  una  ilusión. Ahora que tu mentira ha quedado al descubierto,  intento ver la ilusión y no la mentira,  pues sé que viendo la mentira, querré verte de nuevo…”
 

(Artículo publicado el 1 de Julio del 2013)


SOBRE VERDAD Y MENTIRA EN SENTIDO EXTRAMORAL
Friedrich Nietzsche,
Obras Completas, vol. I, Ediciones Prestigio, Buenos Aires 1970, pp. 543-556.
 
LaVanguardi.com/Blogs
La verdad sobre las mentiras, Irene Orce | 18/04/2012 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario