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lunes, 26 de octubre de 2015

...Te amo.. ¿En serio?...

El amor no se trata de cuántas veces al día decimos "Te amo", sino de cuántas veces demostramos que es verdad.
Podemos decir "Te amo" miles de veces, tantas como se nos ocurra, a quien se nos ocurra, en donde se nos ocurra. Pero es necesario demostrar lo que decimos, de lo contrario, es imprescindible mejor no decirlo, pues las palabras no sirven de nada y llegan a lastimar profundamente a quien las escucha.
¿Por qué tengo que demostrar que te amo, si ya lo sabes?
Todas las personas poseemos un sistema de pensamiento, de ideas, de principios y valores, incluso de sentimientos, que configuran nuestro carácter y temperamento y demostrar lo que pensamos y lo que sentimos, es primordial para una relación sana con nuestra pareja.
Una relación sana de pareja, no sucede por accidente, ni es automática. Se crea conscientemente en el tiempo a través del esfuerzo y el compromiso mutuo.
Seguramente recordarás cómo inicia una relación, con muestras de nuestro afecto, en una infinidad de maneras pequeñas, en busca de pequeños y permanentes detalles, que si bien son pequeños, pero se suman a una experiencia de relación verdaderamente significativa y personal.
Así, se van encadenando las pequeñas victorias de cada día para crear una semana, un mes, un año, y luego, décadas de alegría compartida.
Desafortunadamente, también con el paso del tiempo y ante cualquier problema, con la turbulencia de la vida cotidiana afectando nuestro entorno, nos olvidamos de ver lo bueno en nuestra pareja y observamos sólo sus defectos. Y el observar sólo sus defectos, se convierte en un mal hábito inconsciente.
Resulta muy fácil decir Te amo, cuando se lleva una vida aparentemente tranquila, sin problemas de ningún tipo, cuando se cumplen todos nuestros caprichos y deseos, pero aprender a amar cuando aparecen los problemas, cuando no hay suficientes recursos y opciones, es donde se fortalece la verdadera relación. Sobre todo, cuando aparecen las pequeñas y grandes diferencias que un día fueron invisibles a nuestros ojos.
Más sin embargo, en una relación sana de pareja, se sabe que la vida está llena de retos, de mucho trabajo, de grandes problemas, de una gran diversidad de compromisos y que ambos estamos dispuestos a enfrentarlos y a encontrar las mejores soluciones.
Aquí es donde empezamos a darnos cuenta de si en realidad estamos dispuestos a demostrar lo que decimos: Te amo.
¿Cuántas veces al día, o a la semana tenemos una conversación con nuestra pareja para recordarle lo mucho que la amamos, lo mucho que la extrañamos y lo feliz que somos a su lado? ¿Sabías que hay estudios serios que dicen que deberían ser al menos 5 horas a la semana?
¿En cuántas ocasiones nos damos la oportunidad de disfrutar de nuestra intimidad física con la pareja, ya sea que se trate de una suave caricia en el rostro, o una palmada juguetona, o nos tomemos de las manos, no importa cuánto tiempo hemos estado juntos o donde nos encontremos, o sentarnos tan cerca en el sofá que podamos abrazarnos, o que ocupemos la misma banca de la mesa en un restaurante o de algún bar para mayor conexión y contacto?
¿Cuántas veces somos capaces de hacer todo lo posible por no ajustarnos a las presiones externas de vivir de una determinada manera, ganar cierta cantidad de dinero, poseer ciertas cosas, hacer lo que la familia o amigos dicen, etc.? ¿Hasta dónde somos capaces de crear juntos un estilo de vida propio para el disfrute y felicidad, y sea nuestra brújula interna compartida y no las presiones de fuerzas o dictámenes externos, quien guíe nuestro proyecto como pareja?
¿Cuántas veces nos centramos en "ser felices juntos" en lugar de discutir por "quien tiene la razón" cuando se enfrenta un problema y surge la frustración?
¿Cuántas veces creamos dramas donde no los hay y jugamos el juego perverso de leer "entre líneas", o "adivinar" lo que sucede? ¿Cuántos de nosotros creemos firmemente en la palabra de la pareja y asumimos que nos dice la verdad? ¿Cuántas veces expresamos o permitimos expresar a nuestra pareja, abiertamente los sentimientos de frustración o enojo con la intención de comprendernos y resolver el problema?
¿Cuántas veces mantenemos secretos o decimos mentiras, que lo único que hacen es drenar lentamente la relación de confianza y amor? ¿Cuántas veces pedimos o aceptamos disculpas por algún error cometido, respaldados por la paciencia y el perdón sincero?
A decir verdad, incluso las parejas más felices y saludables en la Tierra siguen siendo sólo dos seres humanos imperfectos.
A veces, a la persona de confianza se le pierde la confianza, la persona paciente pierde su paciencia, la persona generosa actúa de manera egoísta, etc. Todo esto le sucede a cualquiera de nosotros.
Cometemos errores, perdemos nuestros ánimos, nos deprimimos y nos atrapan con la guardia baja. Nos tropezamos, nos resbalamos, y a veces, giramos fuera de control. Pero eso es lo peor que nos puede suceder y punto, pues todos tenemos nuestros momentos malos.
Pero también, a través del tiempo, tenemos buenos y brillantes momentos.
Si no estamos dispuestos a permanecer al lado de la persona que decimos amar, a través de sus momentos difíciles de imperfección, realmente tampoco merecemos estar cerca en sus momentos perfectos, pues en realidad, no la amamos, la utilizamos.
"Eso lo dejamos para después, por ahora, te amo".
Ante la dificultad de resolver un problema con tu pareja durante el día, en el último de los casos, que sea un tema para después, y dile a tu pareja que la amas. El simple cambio en la tensión será un gran comienzo para empezar a tratar de resolver el problema. No se trata de evadir el problema, ni de minimizar los comentarios, sino de demostrar que ante cualquier eventualidad o diferencia, primero está el amor por la pareja.
Está demostrado que mantener el sentimiento de frustración, coraje o tristeza por no poder resolver un problema con nuestra pareja, provoca fortalecer los sentimientos de rencor y distanciamiento.
No olvidemos que el mayor obstáculo para la felicidad en una relación, no proviene de agentes externos, sino el apego al ego propio.
Incluso, en estos días en que los teléfonos móviles y el uso de las Redes Sociales han invadido por completo nuestra sociedad para una mayor "interconexión" entre personas, debería ser más propicio para aprovechar esas nuevas tecnologías de la comunicación entre parejas y fortalecer aún más la relación, más sin embargo, las estadísticas hablan de mayores separaciones.
Permanecer en una relación problemática, cuando hemos hecho todo lo posible por resolver los problemas, cuando hemos puesto nuestra mayor capacidad interna y nuestra paciencia y perdón, no se le puede llamar fidelidad.