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lunes, 26 de agosto de 2013

¡ No pasa nada!


¿Tuviste un mal día?
¿Sufres del mal de amores?
¿La dieta no te funcionó?
¿Lo  que  dijiste  sólo  era  una  broma,  nada  en serio?
 
“No pasa nada”, una frase muy utilizada por muchos de nosotros que vale la pena volver a pensar.
 
En serio, ¿crees que no pasa nada?
   
El día de ayer, mientras estaba en la fila de un cajero del banco, escuchaba con atención la plática de dos jóvenes que hacían un plan para irse a la playa con unas amigas. Uno de ellos le decía al otro que le pidiera el carro a su papá para ir a Uruapan a la casa de un amigo y que ya así, se irían hasta Ixtapa, al cabo no se iban a enterar del plan. El otro joven pensativo, como que no le caía la idea de decir una mentira, argumentaba que su papá seguramente se daría cuenta, por el kilometraje del auto. ¡No pasa nada!, le decía el “amigo” (perdón por las comillas), tratándolo de convencer. Pasé al cajero y saliendo no supe cuál fue la decisión final, pero, me fui recordando tantas y tantas historias personales que han pasado por mi vida, bajo esta frase tan célebre: ¡No pasa nada!.
 
Recordé una historia, de la graduación de mi generación en el Tecnológico de Morelia, en que a dos días antes de la ceremonia oficial, nos reunimos los compañeros a celebrar en la casa de uno de ellos la despedida. Había mucha alegría, historias de todo tipo, de nuestros maestros, de nuestras aventuras y por supuesto, mucho vino, pues ya éramos todos unos adultos egresados. Uno de los compañeros que ya había tomado un poco más de la cuenta, comentaba que tenía que irse, lo esperaban en su casa pues traía el carro de su mamá y recuerdo que le decían, “no, ni madres!, tómate otra, no pasa nada!” Recuerdo que aunque algunos de los presentes nos dábamos cuenta de su preocupación, seguíamos “la corriente” y nos manteníamos en la fiesta. Finalmente el compañero salió una o dos cubas después con toda prisa. Nunca llegó a su casa. Al día siguiente nos enteramos que falleció en un accidente automovilístico por el exceso de velocidad y el estado de ebriedad con que conducía.
 
En verdad, ¿Crees que no pasa nada?
 
 “¿Tuviste un mal día? ¿Sufres de mal de amores? ¿No te funcionó la dieta? ¿Lo que dije era sólo una broma, nada en serio? ¡Relájate! ¡No pasa nada! Mira, tu diviértete mientras puedas, yo conozco a Fulanito o Sutanita que se la viven bien a todo dar, van a donde quieren, hacen lo que quieren, andan con quien quieren, llegan a la hora que quieren, dicen lo que se les pega en gana y no se preocupan por nada”.
 
¿Cuántas veces has escuchado algo de esto? Lo que no se dice, o muchas veces ni cuenta nos damos, es que en el irremediable paso del tiempo, algunos años quizá, Fulanito y Sutanita acabaron en una situación triste o difícil, con muchos problemas, familias destrozadas o juicios tormentosos. Entonces decimos, ¿pues no que no pasa nada?
 
Algo que deberíamos de aprender es que en esta vida no existen los “atajos”. Rige la Ley de la Cosecha: siempre recogemos lo que sembramos, ni más ni menos. Lo que hacemos o decimos hoy, es lo que recogemos mañana. Por lo tanto, ante cualquier situación en la que decimos o hacemos algo pensando en que “no pasa nada” es evadir momentáneamente una responsabilidad que seguramente nos traerá consecuencias.
 
¡Sí, si pasa! Algo siempre pasa! cuando, sin pensar en nuestra responsabilidad, “jugamos a la ruleta rusa” y tomamos decisiones que nos parecen las más atrevidas, excitantes, las más atractivas para explorar lo que se siente si hacemos algo, o nos atrevemos a tomar algo, o a disfrutar de algo. Incluso, nos llenan de mensajes de que “el mundo es de los atrevidos” pensando que “los atrevidos” son seres humanos que controlan el mundo de las aventuras, inconscientes de la responsabilidad de sus actos y esto es un error grave.
 
A pesar de que llegar a la cima del monte Everest sin un tanque de oxígeno nos puede parecer una locura, “las personas atrevidas” que lo han intentado, han llevado todo un proceso de entrenamiento, alimentación y de preparación para tal, correctamente dicho, proeza, pues tienen un sueño que cumplir y se preparan para ello. Eso los distingue de los “atrevidos inconscientes” que solemos ser muchos de nosotros al no prepararnos ni calcular las consecuencias de “un atrevimiento” que no forma parte de nuestros objetivos ni sueños en la vida y que luego las consecuencias puedan derivar en alcoholismo, drogadicción, embarazos no planeados, desintegración familiar, pérdida de amistades o lo que es peor, a perder la confianza de las personas cercanas.
 
¿Pero qué crees? ¡Tranquilo, tranquila, no pasa nada! tiene una forma positiva.
 
Si por la razón que quieras, de las muchas que se nos presentan a diario, en nuestra familia, en nuestro trabajo, en nuestras relaciones, con quienes más queremos, reconocemos que llegamos a cometer un error, una falta involuntaria a nuestro deseo, o que la vida nos presenta un reto complejo de resolver, tenemos una capacidad interna que nos permite solucionar esos problemas.
 
Debemos aprender a evaluar la intensidad de nuestros sentimientos y emociones, a manifestarlos y controlarlos progresivamente para no caer en actos desesperados o caóticos. Debemos aprender a reconocer la adversidad de las circunstancias que nos rodean, por el motivo que sea, y pensar: “tranquilo, no pasa nada” y actuar conscientemente para resolver dicha adversidad, pidiendo la ayuda de quien nos pueda apoyar, pidiendo el perdón de a quien lastimamos,  y/o estableciendo estrategias de solución por difíciles o dolorosas que sean, pero nunca, nunca pensar: “tranquilo, no pasa nada” y nos “valga madre” (perdón) no haciendo nada para resolver la adversidad y por ende, sufrir por mucho tiempo las consecuencias.
 
No quisiera parecer que cuestiono los designios de Dios, pero tal vez:
 
"..si hace algunos años hubiera tenido un poco de la conciencia que ahora tengo sobre esto, por las mismas experiencias y las consecuencias que me ha tocado vivir, quizá mi compañero de generación hubiera tenido una oportunidad más de seguir vivo.. quizá no hubiera lastimado a las personas a quien he lastimado.."
 
 
(Artículo publicado el 22 de Julio del 2013)

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