En algún lugar del Tiempo..
Limpiando mi ropero, acomodando mis camisas, mis pantalones, me detuve por un instante al ver mi maletín de los recuerdos. Sentado en el piso, con mi maletín sobre mis piernas sentí el deseo de abrirlo y revivir todos los momentos que cada cosa guardada significan para mi.
Antes de abrirlo, nuevamente siento esa sensación extraña que me sucede cada vez que deseo abrirlo; una mezcla de curiosidad, de duelo, de deseo, de recuerdos. Es como estar con emoción en el umbral de una puerta mágica que me lleva al pasado de mi presente. Por instantes, mi lado crítico-objetivo me dice que no lo abra, ¿para que? ¿para ponerme triste y remover cosas que no?, que mejor continúe con mis labores; pero mi lado imaginativo-creativo me dice ¡ábrelo! tienes muchas cosas muy bonitas que recordar.
Esta vez ganó mi lado creativo y abrí mi maletín. Fui sacando una a una todas las cosas que he guardado por años y recordando imágenes, sonidos, aromas, colores, lugares, personas y momentos como si hubiera sido apenas ayer cuando sucedieron. Guardo tantos y tantos pequeños grandes detalles de mi vida, desde mi infancia, de la adolescencia, mi juventud y adultez, que pasé unas horas en un intenso viaje por el tiempo de la mano de mi presente.
Por instantes me sentía el protagonista de la película Somewhere in Time, titulada en México como Pide al Tiempo que vuelva, del director francés Jeannot Szwarc, y vivía nuevamente esos momentos en que sucedieron tantas y tantas cosas, teniendo como anclajes, cada recuerdo material.
Cada recuerdo material posee un significado, posee un tiempo y un lugar en el espacio de mi vida. La mayoría, que me recuerdan lo feliz que me sentía; otros, la tristeza de recordar a personas que ya no están en esta vida material, o la tristeza que pude hacer sentir a otras personas. Es como ir reconociendo cada pequeña pieza de la gran estructura de que estoy hecho, pues cada parte de mi vida esta construida en base a esos momentos y a esas personas.
Llegué al final del recorrido, regresé nuevamente a la puerta del presente y cerré mi maletín, quedándome por varios minutos pensando en lo valioso y significativo que ha sido cada persona, cada momento y cada aprendizaje en todo ello.
Pensé en lo absurdo de tantas y tantas versiones educativas que han expresado sobre los Aprendizajes Significativos, como si fuera un hallazgo o moda pedagógica, pero, ¿porqué tanto modismo académico, cuando lo que realmente tiene sentido en mi vida, lo aprendí de manera natural?
Parafraseando a Joaquín Lopez Dóriga en sus "Mangas del Chaleco":
"Gracias a todas las personas que voluntaria e involuntariamente han hecho posible mis Aprendizajes Significativos".
