ThingLink

lunes, 4 de agosto de 2014

...¿te gusta la forma en cómo te trato?..

La semana pasada reflexionaba sobre el Deber Ser, que en muchas ocasiones se convierte en una trampa mortal para quien es exigido cumplir con "su deber", y ante muchas preguntas, creo que es muy importante recordar que existe una regla muy simple:

Tratar a las personas, tal como queremos que los demás personas me traten..

¿Cuántas veces has experimentado esa sensación de malestar, o incomodidad al recibir un trato que consideras injusto? Y, ¿cuántas veces actuamos de la misma forma con otras personas?

Pareciera algo muy simple, pero no es nada sencillo, pues es toda una filosofía de vida.

El egoísmo, la falta de empatía, de respeto, de amor, comprensión y muchos aspectos más, hacen que las personas actuemos de una forma por demás agresiva, descortés o incluso, interesada.

El médico del centro de salud, la enfermera, el directivo o jefe de la oficina, el agente de tránsito, el cajero, etc., son ejemplos que seguramente conocemos de un trato frío, sin respeto o hasta agresivo. Pero lo más difícil de aceptar, cuando el trato sin respeto o agresivo es de un hermano/a, el esposo/a, un hijo/a, o Mamá/Papá.

Va de nuevo:

Tratar a las personas, tal como queremos que los demás personas me traten..

Pero, ¿hasta dónde? ¿hasta cuándo?

¿Qué hacer cuando nos encontremos con personas a las que a pesar de tratar de una forma cortés, empática, con amor, apoyándoles siempre a resolver sus problemas, o tratando de agradarles con detalles y/o regalos, o cumpliendo cabalmente con sus peticiones, no son capaces de darnos un trato similar al que nosotros les ofrecemos?

Deberíamos por empezar a evaluar ese tipo de relación. Lo peor que podemos hacer es cambiar nuestra actitud, nuestra filosofía de vida.  Y no dejar que la trampa del Deber Ser nos atrape..

No hay comentarios.:

Publicar un comentario