ThingLink

domingo, 8 de marzo de 2015

...día internacional de la Mujer...

Quise iniciar con esta foto más que significativa publicada por https://lostinbergen.wordpress.com/ en su sección de Fotos de la Semana.
Tal vez un día como muchos otros del calendario para una gran parte de nuestra sociedad. Tal vez un día que sufre el ataque de empresas comerciales que hacen de un reconocimiento a la Mujer, un día de compra-venta como estrategia de comercio.
Nada que no pareciera "normal", pues lo mismo ha sucedido con el resto de conmemoraciones como el día del padre, o de la madre, o de los niños y niñas, o de los abuelos y tantas cosas más, que si bien provocan motivos de convivir, se han vuelto tan comerciales que se olvida en lo fundamental su significado.
Tampoco pretendería con el comentario anterior, caer en el "Buenrollismo" de que toda celebración es motivo de convivencia por sí misma, que no debe señalarse nada en contra de las compras y ventas de productos, que el propósito es dejarse llevar por la corriente socio-comercial y no decir nada.
Para nada. Esta Reflexión está dedicada especialmente a la Mujer.
A esa mujer que durante muchos años, siglos debería decir, ha transitado por escenarios de lucha desde los inicios de la humanidad, en todas las revoluciones y movimientos sociales, en cada espacio del planeta, ha realizado una labor persistente por lograr el reconocimiento a su capacidad, a su inteligencia, a su trabajo y muchas cualidades más, que dignifican la igualdad de género con el hombre.
Muchas cosas podría escribir como reseñas históricas de cómo surge el reconocimiento del Día Internacional de la Mujer, válidas todas, dado que incluso muchas mujeres no conocen esa parte de la historia tan importante que da origen a la celebración, mas sin embargo, sin demeritar la importancia de conocer la historia, mi dedicatoria y mi interés reflexivo se basa en mi propia experiencia de vida.
Escribir sobre esa mujer, que día a día ha luchado por un mejor mañana, por espacios dignos de cualquier ser humano, en el hogar, en el trabajo, en cualquier espacio de nuestra sociedad, de una manera digna y respetuosa.
Si bien es cierto que la lucha que mujeres con mucho valor emprendieron hace muchos siglos por lograr el reconocimiento de sus derechos, fue provocando que en las sociedades dominadas por el hombre, se cambiaran paradigmas fundamentales del rol de hombres y mujeres por el bien de una sociedad en igualdad de derechos.
Es cierto también que no todo lo realizado ha sido suficiente para cambiar los usos y costumbres que aún someten a muchas mujeres a condiciones de desventaja atropellando incluso su dignidad humana. Mujeres violentadas, masacradas, asesinadas o sometidas al capricho de muchos hombres, aún se describen y ocurren en muchas partes del mundo.
Celebrar el Día Internacional de la Mujer debe ser motivo para adentrarnos en el espacio de reconocer que tanto mujeres como hombres tenemos el derecho a llevar una vida digna, donde las oportunidades de desarrollo no sean mutiladas por leyes y normas que agreden la esencia humana, sobre todo de la mujer.
No sólo de mi padre aprendí principios y valores, también de mi madre. No sólo de mi padre aprendí a conducirme en la vida, pues mi madre acompañaba también mis pasos.
Contrario a lo que escucho de muchas mujeres, el machismo, desde mi particular entendimiento, no sólo surge del actuar y las enseñanzas de un padre, sino también surge al lado y aceptación de una madre. 
Cuántas historias conocemos día a día de mujeres que llevan a cabo esfuerzos enormes por cuidar de sus hijos, por mantener las mejores condiciones y oportunidades para su familia, por realizar todas y cada una de sus acciones con el propósito de ser mejores. La mujer del hogar, la mujer que estudia, la mujer que trabaja, la mujer que dirige empresas, instituciones y hasta los destinos de un país.
Y todo esto, en la mayoría de las ocasiones, bajo el esfuerzo de vencer el hostigamiento sexual, laboral, la violencia intrafamiliar y muchos otros escenarios provocados por la actitud de hombres que no pueden vencer el rechazo a la mujer que logra superarles.
"Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no le alumbre", pues si bien es cierto que los seres humanos, hombres o mujeres cometemos errores y aciertos, también es cierto que aún falta mucho por recorrer en el tema de reconocer la igualdad de derechos, en cada pueblo, en cada ciudad, en cada hogar, en cada empleo.
No soy partidario político de ningún organismo, ni pretendo incidir en ninguna afinidad política de la mujer, pero creo importante señalar que en estos tiempos de decisiones importantes para la conformación de muchos gobiernos de nuestro país, ustedes, las mujeres, jueguen un papel definitivo y hagan uso de su capacidad de elección ganada con sangre hace muchos años, por lograr gobiernos en que las mujeres puedan finalmente decidir y gobernar en muchos lugares donde los hombres hemos sido los protagonistas, y puedan cambiar muchas de las condiciones adversas para su desarrollo. 
Este es su tiempo. No pueden las mujeres estar ahora, en contra de ustedes mismas. No pueden desacreditarse ustedes mismas.
La historia está en sus manos. Para pelear, con los hombres les basta.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario