ThingLink

domingo, 2 de noviembre de 2014

...nuestro diálogo interno...

Como cada año es tradición, este fin de semana se llevó a cabo la Celebración del Día de Muertos en el que las familias Mexicanas recordamos a nuestros seres queridos que han fallecido. Desde el día 1 de Noviembre inicia la tradición con el recuerdo de nuestros niños, los infantes que han partido de este mundo y continúa con el día 2 de Noviembre en que se recuerda a todos los adultos y jóvenes difuntos.

Es una tradición llena de misticismo, de profundas raíces culturales de muchos años, de muchas tradiciones en cada hogar, en cada pueblo o ciudad.

Pudiera escribir muchas cosas sobre el sentido de la celebración, su importancia cultural, la forma de celebrarse en cada región, de cómo se  elaboran los arreglos en cada panteón, en cada hogar, etc., más sin embargo, hay algo que me hace Reflexionar muy fuertemente y que tiene que ver más con esa parte espiritual de comunicación con nuestros seres queridos.

¿Cuántas veces nos damos la oportunidad de tener un diálogo interno abierto y sincero con un familiar difunto? ¿Cuántas veces acudimos a ese lugar donde esta nuestro familiar difunto a contarle las cosas que nos suceden, a pedir su consejo, a pedirle ayuda para salir de algún problema o simplemente a sentarnos a contarle nuestras alegrías?

Tal vez tenemos ciertos momentos de diálogo interno en ocasiones de observar su fotografía en casa, o al visitar tal vez una iglesia, o al momento de recordar la fecha de cumpleaños de fallecido/a o de lo que fuera en vida, o en algún momento en que su presencia nos trae algún recuerdo.

El diálogo interno es algo que todos hacemos en una buena parte de nuestro tiempo entre nuestro consciente y subconsciente. Tenemos diálogos internos mientras conducimos el auto, mientras trabajamos, mientras descansamos e incluso mientras estamos dormidos. Mas sin embargo, la mayoría de los diálogos internos que tenemos llegan a ser en muy pocas ocasiones positivos. La mayor parte del tiempo son por cuestiones de problemas o de pesimismo o tristeza.

En estos momentos en que la celebración del Día de Muertos evoca la intención de "pasar un rato agradable" con nuestros difuntos y recordarles con la imagen positiva que tenemos de ellos, es una verdadera oportunidad para reconciliar algunos espacios del consciente y subconsciente.

Tal vez es muy difícil vencer la necesidad de cuestionarnos sobre el ¿Por que te fuiste?, ¿Por que me dejaste así? ¿Por que no me pude despedir de ti? ¿Por que no pude hacer más por ti? o muchas preguntas que nuestro interior quisiera encontrar respuestas, pero debemos aprender a provocar un diálogo interno positivo que nos ayude a mejorar como personas.

Sería una excelente oportunidad el dialogar sobre lo que aprendí de esta situación, de cómo puedo mejorar (o he mejorado) mi condición de vida a través de esta experiencia dolorosa, de las cosas que han cambiado y pueden cambiar para bien, de la forma en que me ha ayudado a madurar y entender lo que en la cotidianidad de la vida no me doy cuenta que es importante, y tantas cosas más.

Nuestros diálogos internos influyen en nosotros más de lo que nos imaginamos y en la manera en que aprovechemos la oportunidad para lograr cambios positivos, transformaremos nuestro interior y por consecuencia, nuestro entorno, nuestros resultados. 

De lo contrario, si mantenemos nuestro diálogo interior como una forma de auto criticarnos, de ser estrictos con nosotros mismos, lo único que lograremos es seguir creando limitantes, de auto castigarnos y encontrando motivos para no salir de los conflictos en que vivimos.

Ir a conversar con nuestros difuntos, además de la oportunidad de ir a celebrar el Día de Muertos, es una oportunidad de aprender a dialogar internamente y de manera positiva con nosotros mismos, es una oportunidad de enseñar a nuestros hijos a dialogar internamente con ellos mismos.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario