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lunes, 17 de noviembre de 2014

...¿ayuda más, el que no estorba?..

Desde que yo recuerdo, en mi familia, en mi entorno social, cultural, religiosos y educativo, siempre se hablaba de la capacidad que deberíamos tener todas las personas para ayudar a los demás. Quizá puedo pensar que las familias que pertenecían en aquellos tiempos de mi infancia a la religión católica, la ayuda a los demás, el darse a los demás, era cumplir con la Ley de Cristo.

Aún en estos días, es muy común seguir escuchando y leyendo en muchos medios televisivos, periódicos y redes sociales, hablar de la característica innegable que tenemos todos los mexicanos de siempre ayudarnos hasta en los momentos de mayor tragedia, y no sería tan descabellada la idea de pensar que dicha característica, tiene mucho que ver con el adoctrinamiento de muchos años impulsado por la religión y el sistema político.

Hay personas que constantemente se muestran dispuestas a hacer muchas cosas por los demás, en la familia, en el trabajo, etc., pero siempre tienen un interés personal, disfrazado de ayuda: "Ayudan" a las personas con la intención de mantener su estatus social, laboral, religioso, económico, etc., o para posteriormente pedirles algún favor, o para estar siempre enterados de los problemas y críticas hacia los demás para sacar provecho tarde que temprano. 

También existen las personas que dicen "ayudar", sólo por sentirse responsables o con la obligación hacia ciertas personas. Pero esto lo hacen sólo por sentirse bien con ellas mismas, como si fuera una "norma social o religiosa" en que se obligan a "ayudar" a los demás. Es un ejemplo muy claro de la abnegación en muchas mujeres y hombres, que sacrifican sus propios deseos, su voluntad, su felicidad o incluso su vida, pensando que tendrán una recompensa en el plano espiritual. 

Y por supuesto que existen las personas que desinteresadamente ayudan a muchas personas, en la calle, en el trabajo, en la escuela, en el transporte, etc., y suelen ser las ayudas más simples pero que cambian nuestra vida, incluso sin darnos cuenta de ello.

¿De que depende entonces el concepto que tengamos de "Ayudar"?

Creo que depende de la capacidad personal que cada uno de nosotros tenemos de pedir y aceptar ayuda. Si durante mi vida, cuando he necesitado ayuda de alguien, me han sido "cobradas las facturas" de ello, o por el contrario, he recibido ayuda desinteresada que me hizo creer en la generosidad humana, pues así es como establezco mis patrones de pensamiento.

Hay ocasiones en que nos podemos sentir como alguien que estorba, pero nuca deberemos sentirnos como alguien que no ayuda.


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