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lunes, 24 de noviembre de 2014

...lo que el viento se sigue llevando..

"Todo parece gris. Por más que intento sofocar este incendio interno en mi alma, sólo consigo avivar más la llama. Sigo sin comprender esta gran disyuntiva: de tu boca surgen las palabras que dicen que me amas; mas de tu proceder, surge la negación. ¿A quien le hago caso, a la razón o al corazón?. Me estoy incendiando por dentro."

¿Cuántas veces creemos plenamente en las palabras de alguien que asegura decirnos alguna verdad, pero con sus propios actos, denota que no lo es?

Que difícil es intentar evaluar nuestra realidad, cuando tenemos que abandonar las palabras y observar los hechos. Cuánto dolor causa el enfrentar una realidad que no veíamos, al retirar de nuestra vista esos lentes que un día nos pusimos por convicción.

En cada momento en que intentamos entender y analizar las palabras que escuchamos, nos damos cuenta que la subjetividad hace presencia, pues expresan símbolos de una percepción individual; mas cuando observamos los hechos, éstos poseen la experiencia real.

Si, las palabras se las lleva el viento.

¿Cuántas veces has escuchado de personas que dicen siempre se han querido, pero llegado algún conflicto existen los golpes, los abandonos? Decir "te quiero" es la palabra; golpearte, destruir cosas, embriagarse, abandonarte, la acción.

¿Y ahora? Mientras te dicen un "te quiero", tu pareja contesta en su celular un inbox, o un mensaje de amistades en cualquier red social, con lenguaje atrevido.

No intento provocar tu interior, ni mucho menos pretender quitarte de tu vista ninguna gafa que te hayas puesto para vivir. Mas sin embargo, no olvidemos que el "Arte de la Manipulación" se basa en el poder de la palabra, nunca en los hechos.

..en verdad, las palabras se las lleva el viento..

Podría escribir miles de ejemplos de la vida cotidiana en que los hechos desmienten las palabras, de la política, de la religión, de la familia, de la economía, del amor; pero pienso que cada uno de nosotros debe ser consciente de las maneras en que vivimos y las formas en que evaluamos nuestras trayectorias. 

La sinceridad viene acompañada de hechos; la verdad no tiene caducidad.
La falsedad, viene acompañada sólo de palabras; tarde que temprano se descubre.

¿Será que en estos momentos ya habremos de perder la confianza en las palabras?

No lo sé, pues siempre he creído en las palabras. El problema es que los hechos me confunden.

Tal vez no me he dado cuenta que "lo que el viento se sigue llevando, son las palabras.."



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