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domingo, 15 de diciembre de 2013

..primero lo primero..

¿Te ha sucedido que por más que haces hasta lo imposible por tu pareja, no cambia su actitud?
 
¿Has llegado a sentir síntomas de culpabilidad por que las cosas no van bien con tu familia o en tu trabajo?
 
Conversando con un compañero de trabajo, me comentaba que a su ingreso, las cosas siempre funcionaban con las personas con quien tenía relación laboral, más sin embargo, con el paso del tiempo, algunas personas, especialmente su jefe, habían cambiado su actitud, se había tornado la relación muy fría y que por más esfuerzos que hacía por ayudarles en todo lo que le pedían, las cosas no mejoraban. Me decía, ¿qué tengo que hacer para que estas personas cambien?
 
Hace unos días, una amiga me comentaba que al inicio de su matrimonio se sentía plenamente enamorada de su esposo, más sin embargo, con el paso del tiempo su pareja se volvió indiferente, muy egoísta, sólo interesado en sus propios problemas, sin hacer caso de los problemas que en la familia surgían y en los propios de pareja. Me decía, ¿qué tengo que hacer para que mi esposo cambie?
 
Igualmente, hace unos días, platicando con mi hija, me cuestionaba sobre el tema de con qué tipo de jóvenes cambiará nuestro país, si la gran mayoría no están involucrados en los temas generales que deberían de preocuparles para un mejor mañana.
 
Reflexionando sobre estos casos que son pocos, de los muchos que he escuchado y de muchos que en lo particular también me han sucedido, pensé en lo difícil que es para cualquier persona, involucrada en una problemática así, encontrar una ruta segura de solución.
 
Mi respuesta a todas estas interrogantes tan importantes en cualquier ámbito, fue que no existe una varita mágica que pueda resolver el cambio de actitud de las demás personas, pero sí existe una ruta que podemos seguir. Pero primero, deberíamos hacernos algunas preguntas.
 
¿Podríamos pretender cambiar el mundo, sin cambiar nosotros mismos?, ¿Qué pasaría si cambiáramos nuestra manera de comportarnos, sin cambiar lo que realmente creemos de nosotros mismos?
 
Lo que es un hecho, es que en la medida que nosotros cambiamos, nuestro entorno cambia, seguro que si.
 
Te invito a conocer una herramienta muy poderosa: los niveles neurológicos de la Programación Neurolingüística, pues son muy útiles para comprender o dirigir el cambio en individuos o en grupos. También se les conoce como los niveles lógicos de cambio o niveles lógicos de pensamiento. Fueron desarrollados por Robert Dilts y están basados en los niveles neurológicos propuestos por el antropólogo Gregory Bateson.

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