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lunes, 5 de mayo de 2014

..cómo te quiero condenadote..

..cómo te quiero condenadote, pero gáname, gáname..


Hoy asistí a una reunión de vecinos. El tema trató sobre los servicios de seguridad en el barrio, pues comentaban que se requiere "apoyar" económicamente al personal de vigilancia nocturna, pues no hay elementos suficientes en el municipio para realizar dicha labor.

Todo sonaba "normal" hasta que uno de los vecinos, líder de la reunión, tomando la tribuna comentó que el vecino que no quisiera "apoyar" con su cooperación, no se le darían garantías de seguridad en su hogar y que incluso, podría ser sancionado excluyéndolo de los privilegios en el pago del agua potable con el organismo operador del municipio.

Eso bastó para que se generara una discusión de un buen rato con todos los asistentes, y a que incluso, se gritaran consignas contra el "líder" ya que los vecinos más antiguos decían que los beneficios en la colonia habían sido conseguidos mucho antes de que él llegara a este barrio.

Eso bastó para que el "líder" comentara que entendía el sentir de los colonos, pero que esas no eran las formas de pedir los favores, más sin embargo, él estaba dispuesto a pedir lo necesario a cualquier funcionario municipal por el bien de la colonia.

Me sentí como en una escena del famoso programa de Los Polivoses, "el Wash & Wear".

Finalmente la reunión terminó sin acuerdos y pretendiendo realizarse en un futuro cercano.

Esta escena me hizo reflexionar sobre lo que ha estado sucediendo en muchas de las actividades de nuestro entorno, sobre los "apoyos" que grupos en el poder, oficiales y no oficiales, realizan a cambio de servicios o "favores" que bien debieran ser obligaciones con la ciudadanía.

¿Has puesto la debida atención a esas cooperaciones que los ciudadanos otorgamos a cambio de servicios que son el trabajo y la obligación de muchos servidores públicos y líderes formales? De ahí que quizá el mal concepto que existe de una aportación de gratitud, por una buena atención o un servicio realizado, se ha transformado en una oportunidad para generar ingresos no fiscales en cualquier actividad.

Por supuesto que existen trabajos donde muchas personas no reciben salario ni prestaciones de seguridad social alguna, y son labores que dependen totalmente de las aportaciones voluntarias que hacemos los ciudadanos, pero, ¿que crees? que incluso esos trabajos, están intervenidos por personas que cobran cuotas por "dejar trabajar".  Hace unos días platicaba con un joven que cuida y lava autos en el centro histórico de Morelia. Me decía que para poder realizar su trabajo, tenía que pagar diariamente un porcentaje de dinero a ciertas personas que le exigen una cuota. Y que lo mismo sucede con las personas que cuidan autos en los estacionamientos públicos en cualquier centro comercial o recreativo bajo la frase célebre: "O cooperas, o cuello", muy famosa que sacara a la luz pública un Chino que era extorsionado en la ciudad de México, ¿recuerdas?

Tal vez esto de los grupos de delincuencia organizada y sus formas de operar, no tienen mucho de diferente con las prácticas "oficiales" que realizan muchos de nuestros funcionarios públicos y líderes oficiales. Ejemplos hay muchos, como el que llegadas las elecciones para cargos públicos en muchas localidades de nuestro País, todos los trabajadores somos "invitados" por los dirigentes a comprometer nuestro voto por cierto candidato, pues de no hacerlo así, una vez que se gane el poder, seremos excluidos de los beneficios del poder; o el caso de los sucedido a la líder del Sindicato de maestros Nacional, quien de aportaciones voluntarias, llamadas cuotas sindicales, llegó a reunir cantidades impensables de dinero para beneficio de unos cuantos, sin dejar de mencionar el poder político tan grande que incluso, negociaba con el presidente de la república muchos de los puestos y asignaciones presupuestales para el gremio educativo.

Solamente quienes hemos pasado por circunstancias dolorosas de perder a un familiar en un secuestro, o de pagar sumas cuantiosas, o perder el empleo, o sufrir el señalamiento o la discriminación y desprestigio, a manos de delincuentes y de personas que hacen "sus leyes" por cobrar "cuotas", sabemos lo doloroso que resultan estas acciones y lo difícil que resulta reponerse mental y físicamente. Y de esta manera, mostrando con ejemplos el poder que llegan a tener estos grupos, crean temor en el resto de la población que termina cooperando.

Y hasta se dan el "lujo" de decir: "es por tu bien, entiende, hasta te estoy ayudando, quién te quiere más que yo condenadote!"

Quizá, y es sólo una reflexión, no hay nada nuevo bajo el sol, quizá estas formas de poder han existido desde hace muchos años, excepto que en la actualidad, todas estas acciones fraudulentas, son mayormente fáciles de difundir por medios masivos como la televisión y el internet, pensando que tal vez llegue el día en que podamos gozar de mayores garantías de libertad y justicia social.


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