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domingo, 10 de noviembre de 2013

..ya era día que bajaras de esa nube..

¿Te ha sucedido que de un momento a otro, las circunstancias de tu vida dan un giro total?
 
¿Crees que alguien te "baja de la nube en la que andabas"?
 
Vale la pena platicarlo un poco..
 
 
En días pasados en que celebramos el Día de Muertos en nuestro lindo Michoacán, fui a visitar el lugar en donde están mi padre y mi hijo ya fallecidos en años pasados. Un momento mágico, lleno de una energía que no podría describir con simples letras, un momento especial para realizar ese diálogo interno tan necesario en nuestras vidas pero que muy pocas veces hacemos profundamente.
 
Fue una Re-unión, nuevamente con mi padre, mi hijo, mi hermana, mis abuelos y tíos, seres queridos que un día partieron para ir con Dios.
 
Platicaba con ellos sobre todas las circunstancias tan cambiantes de mi vida, de mi trabajo, de mis ilusiones, de las personas que a mi alrededor aún existen en este mundo y de tantas y tantas novedades que en mi vida han sucedido en este año transcurrido desde la última Re-unión que tuvimos hace un año en un día como estos.
 
Me dediqué por un buen rato a contarles de mis desilusiones y mis problemas por los cambios tan duros que me han sucedido, de lo difícil que era para mi reponerme de las circunstancias adversas que la vida me presentaba y de mi desesperación por no entender el porqué de algunas rachas en que no veía salida.
 
Llegó el momento en que quise iniciar a pedirles su consejo, su ayuda para que mis problemas tuvieran solución. Sin darme cuenta, mi diálogo interno llegaba a un momento en que todo tenía un parecido a un caos, como si no tuviera nada más que contar.
 
Repentinamente, me quedé sin pensamientos, en silencio, como cuando llega la Reflexión, también interna, y sin más, empezaron a llegar a mi mente, escenas, momentos, imágenes de mi familia y de todas esas personas que de una u otra forma han sido parte de mis momentos de felicidad este año. Llegaron a mi mente recuerdos y diálogos muy bonitos, significativos, en los que me han hecho sentir pleno, lleno de esperanza y capacidad.
 
Empecé a dar gracias por todas y cada una de las cosas y las personas que aún conservo, de las cosas que desde hace años tenía ganas de iniciar pero por alguna razón no lo había hecho. Los problemas de los que empecé hablando, se me olvidaron por un instante. Sentí en mi mente, como una espacie de balanza que se equilibraba.  Y llegó un momento mágico, sentí la necesidad de silenciar mi diálogo, de dar paso a que mi padre, mi hijo, mi hermana, mis abuelos y tíos empezaran a hablarme.
 
Y sucedió.
 
En cierto momento, sentí la voz de mi padre que me decía: "Luis, Dios nunca te dará nada a medias."
 
Mi piel se hizo chinita, lo sentí tan cerca de mi, que me quedé en silencio, sin poder decir nada, sólo sentí que mi mente, mi corazón, se limpiaba de una nube obscura. Entendí que Dios pone a prueba nuestra capacidad, nuestro temperamento, nuestra fe, en esos momentos de obscuridad, de frustración, de decepción, de problemas, para sacar de nuestro interior nuestra capacidad, nuestro temperamento para demostrar de que estamos hechos.
 
Esa tarde concluyó con un abrazo a todos los presentes y ausentes de esa Re-unión tan maravillosa.
 
Y si, tienes mucha razón, ya era hora que Dios me bajara de esa nube en la que andaba, para poder darme cuenta de las muchas nuevas oportunidades que me ofrece..
 
El resto de esa plática familiar, tan personal, algún día te la relataré.
 

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