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domingo, 3 de noviembre de 2013

¿Cuántos sapos has besado?

¿Será posible que un sapo se convierta en un príncipe?
 
¿Existen las ranas que se convierten en princesas?
 
Hay que tener mucho cuidado..
 
 
Hoy revisaba mis materiales y encontré un correo de una amiga que aseguraba que algún día encontraría su príncipe azul, que sólo era cuestión de encontrar el sapo adecuado y.. besarlo!
 
¿Será posible que un sapo se convierta en un príncipe azul? o, ¿será sólo parte de lo que las leyendas de príncipes y princesas nos han hecho creer?
 
Estoy seguro que tal como yo, conoces amigas que un día besaron un "sapo" que creyeron se convertiría en su príncipe azul, la persona que esperaban, el hombre con quien compartir todas sus ilusiones y necesidades.  Y también, estoy seguro que tal como yo, conoces la historia.. que años después, lo que creyeron que era un príncipe azul, sigue siendo un "sapo".
 
Ja ja ja ja.. Pensarás que estoy loco, pero creo que tal vez no reflexionamos en lo que en realidad nos intentaban decir las historias que un día nos contaron nuestros padres o nos ilusionaron en las películas de Walt Disney.
 
Hay que tener mucho cuidado..
 
Existen en la vida real, muchas historias de mujeres y hombres que besando a un sapo o una rana, creyeron que habían encontrado el príncipe o la princesa de su vida, y hacen todo lo posible por atenderles, por cuidar cada detalle que le agrade, por otorgarles todo lo necesario, incluso trabajan de tiempo completo para sostenerles y mantenerles a su lado, cubren todas las obligaciones y responsabilidades, mientras el príncipe o la princesa no se molesta ni tiene la atención compartida de una relación de dos.
 
Existen en la vida real también muchas historias de hombres y mujeres que sin esperar encontrar al príncipe o la princesa de su vida, SIGUEN besando a la persona adecuada, con quien comparten responsabilidades, anhelos, problemas, alegrías y sueños..
 
¿Dónde está la clave? ¿Qué hace que las personas encuentren a la persona adecuada?
 
Creo que una buena idea sería entender, primero, que todos somos REALES, aunque parezca tonto, valorarnos a nosotros mismos, no esperar que alguien nos diga cuánto valemos o merecemos, entender que todos tenemos realidades distintas, creencias distintas y que sólo el tiempo y la dedicación por una relación en pareja debe fundirse en un proyecto unido, sin dejar de lado los proyectos individuales a los que debemos apoyar conjuntamente llegando a acuerdos mutuos, a sentirnos orgullosos por lo que hace cada quien, compartiendo responsabilidades, evaluando continuamente lo hecho por ambos para fortalecer o corregir el rumbo.
 
Y más aún, en estos tiempos en que las redes sociales hacen que encuentres nuevas personas, reencuentres amigos o amigas que fueron amores pasados y que en ése ímpetu de andar "besando" sapos o ranas, pienses que no pasa nada.... Porque si pasa...
 

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