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lunes, 16 de septiembre de 2013

Lider de Excelencia.

Muchas son las controversias sobre si un líder nace, o se hace.
  
Pero, ¿ser un líder y de Excelencia?
 
El Filósofo Aristóteles decía que la Excelencia es un  hábito,  pues  somos  lo  que  hacemos  día a día.
 
 
Hace unos días escuchaba con atención a dos compañeros que comentaban las dificultades que tenían en sus respectivos centros de trabajo para hacerse acreedores a un estímulo económico que se otorga a los trabajadores que logran destacar por su labor docente o administrativa. El estímulo al que hacían referencia es llamado “Estímulo al Líder de Excelencia”.
 
Durante la plática, surgieron comentarios varios, todos ellos referidos a los problemas que enfrentaban los compañeros al participar en una evaluación de sus desempeños y los “métodos” que con el tiempo se han utilizado para dicha evaluación. Por supuesto que no estaban de acuerdo con el resultado y mucho menos con los procedimientos efectuados para determinar al llamado trabajador “Líder de Excelencia”.
 
¿Qué significa ser un Líder?, ¿Qué es la Excelencia? y ¿cuál es el fundamento primordial para determinar quién o quienes poseen esas características?
 
Tal vez, por motivos de un estímulo económico, es que se pierde el sentido humano de reconocer a quien o a quienes realizan sus actividades cotidianas de manera precisa y siempre van más allá de lo esperado.
 
En estas fechas patrias en que festejamos sucesos importantes en la vida nacional, como lo fue nuestra Independencia, podríamos hablar más que de héroes que dieron si vida por una causa justa, tendríamos que hablar de Líderes que impulsaron un movimiento de liberación y de justicia para todo un pueblo.
 
Entonces, un Líder ¿es un Héroe?, ¿es alguien que hasta que muere le reconocemos su labor?
 
La propia definición de “Líder” enumera varias características, todas ellas dependientes de un autor o del paradigma que usemos o la religión, etc. Pero existen algunas características generales establecidas de manera propia y de varios autores que les comparto.
 
Su capacidad de comunicarse. Significa saber expresar claramente sus ideas y lograr que las personas las entiendan. Significa saber escuchar y considerar lo que el grupo de personas le expresa.
 
Habilidad para manejar los sentimientos y emociones propios y de los demás. Los sentimientos mueven a la gente, sin esta habilidad no se puede ser líder. Si no conoces a tu gente y sus problemas, ¿cómo te puedes decir líder?
 
Capacidad de establecer metas y objetivos claros y realizables. Para dirigir un grupo, hay que saber a dónde llevarlo. Sin un objetivo y una meta clara, ningún esfuerzo será suficiente.
 
Capacidad de planear. Es la capacidad de realizar un plan, definir las acciones, el momento en que se deben realizar, las personas encargadas, los recursos necesarios, etc.
 
Conocer sus fortalezas y debilidades.
 
Capacidad de impulsar y hacer crecer a su gente. Para crecer, no se aferra a su puesto y actividades actuales. Siempre ve hacia el objetivo. Para crecer, enseña a su gente, delega funciones y crea oportunidades para todos.
 
Preocuparse por su gente. Interesarse por la gente y demostrar verdadero interés en ella provoca adquirir carisma. En el carisma está la excelencia.
 
Ser Innovador. Siempre buscar nuevas y mejores maneras de hacer las cosas.
 
Ser responsable. Es una actitud de cumplir y hacer cumplir a las personas, con su propósito, incluso de replantear los recursos cuando algo no está sucediendo. Es saber que el liderazgo le da poder, y utilizar ese poder en beneficio de todos.
 
Prepararse y estar informado. Entender y saber manejar la información, procesarla, interpretarla y utilizarla en la forma más precisa y creativa.
 
 
Con estas características y más que bien podrían agregarse, te has preguntado ¿quiénes fueron nuestros Héroes que nos dieron Patria? ¿Cuántas de estas características y más, poseían? ¿Sabías tu que los principales actores de nuestra independencia fueron mujeres y hombres que formaron parte de una sociedad intelectualmente preparada, que poseían un carisma muy grande con la gente pobre de nuestros pueblos y que supieron establecer objetivos y metas claras y que lucharon por la libertad y justicia de quienes menos tenían?
   
Tal vez (como suele suceder) haya quien diga que el verdadero propósito del cura Miguel Hidalgo o de José María Morelos era aprovecharse del movimiento social para hacerse presidente municipal, o diputado o senador o hasta presidente de la República, pero hasta el día de hoy, su imagen, trayectoria y sacrificio por la justicia y libertad del pueblo mexicano continúan intactas.
Líderes existen muchos y de todos tipos y colores, pero ser un Líder de Excelencia en nuestro ámbito laboral, político, social o religioso, debería ser una distinción muy alta, digna de admiración y motivo de superación.
 
 Quizá no necesariamente tengamos que indagar en los libros de historia o desarrollo humano para saber un poco más de las cualidades de un Líder de Excelencia, tal vez sólo necesitemos cambiar los lentes de nuestros ojos y aprender de nuestros padres y nuestros abuelos.

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