ThingLink

domingo, 19 de octubre de 2014

..en las buenas y en las malas..

¿Alguna vez has llegado a pensar que existen personas que sólo te llaman o te buscan cuando tienen problemas o necesitan algún favor de ti, pero cuando tu necesitas de ellas o requieres de su ayuda, no aparecen por ningún lado?

¿Has llegado a sentir que mientras ayudas a alguien o cumples con las necesidades que requiere, la relación camina muy bien, pero cuando por alguna razón no les puedes ayudar o te es imposible cumplir con lo que requieren, se provoca un problema inmenso y hasta hablan mal de ti?

Pareciera que son cosas "normales sin importancia" pero en realidad se convierten en un asunto muy delicado.

Lo interesante de este tema es que sucede en cualquier ámbito en el que nos desempeñamos: en el hogar, en el trabajo o en los círculos de amistades, y pareciera que está relacionado al rol que nos adjudicamos nosotros mismos o del que alguien nos responsabiliza.

Un ejemplo clásico es el de una Madre de familia, que hace todo lo necesario para mantener su hogar en orden, haciendo la comida, lavando la ropa, planchando, haciendo el aseo, recogiendo las cosas que de alguna forma están fuera de su lugar, revisando que los hijos hayan hecho las tareas, etc. Pero, ¿que sucede cuando la mamá se siente cansada o enferma y no alcanzó a hacer la comida, o a recoger la ropa y lavarla? En una gran parte de nuestra cultura social, los hijos o el mismo padre de familia llegan a tener un comentario de molestia. - Mamá! no está mi pantalón -, - Aish, no hay nada de comer? -.

Lo mismo puede sucederle a cualquiera de nosotros que interactuamos en una sociedad que pareciera cada vez más enfocada en resolver sus problemas mediante el trabajo, los recursos o los apoyos de alguien más. Claro, sin que eso les comprometa a devolver el favor de ninguna manera.

Es muy común que suceda que si durante algún tiempo te has dedicado a ayudar a alguien, a darle tu apoyo para que pueda resolver sus propios problemas de dinero, de transporte, de trabajo, etc., el día que no puedes proporcionar el apoyo o el servicio que realizabas, por alguna razón, dejas de ser la persona importante que creías ser para esa persona y hasta recibes sus reproches y comentarios de molestia. Conozco personas que constantemente piden apoyos económicos y mientras los obtienen, te tratan bien, te saludan y hasta pareciera que eres su ídolo. Pero el día que no les ayudas, te dejan de hablar o hasta saludarte.

Si ayudas: eres importante para mi.
Si no ayudas: no me estorbes.

Es un círculo vicioso del que deberíamos salir. ¿Cómo? Pues tratando de hacer responsables a cada quien de lo que le toca y de cumplir con sus propios compromisos. No es fácil, pero es posible.

Las personas con quienes compartimos nuestra vida cotidiana deben saber que una relación sana debe basarse en el principio de reciprocidad, de apoyo mutuo, de respeto por lo que hacemos y el esfuerzo que significa. Esto implica reconocer los recursos, capacidades y posibilidades de cada persona, para poder balancear y establecer compromisos y objetivos claros, de trabajo y apoyo incondicional. 

..en las buenas y en las malas...


No hay comentarios.:

Publicar un comentario